La entidad financiera reportó pérdidas desde 2020, agotando su patrimonio y registrando deficiencias en provisiones.
La Superintendencia de Bancos anunció este martes 11 de marzo la suspensión inmediata de las operaciones del Banco Amibank S.A., con el objetivo de proteger a los depositantes y garantizar la devolución de sus fondos. La decisión se basa en una serie de deficiencias identificadas en la gestión administrativa y en las estructuras financieras de la entidad, que han llevado a un deterioro significativo de sus indicadores financieros.
Desde el año 2020, Amibank S.A. ha reportado pérdidas acumuladas que han agotado progresivamente su patrimonio, además de registrar una deficiencia en las provisiones necesarias para cubrir posibles riesgos. Los informes de supervisión indican que el banco mantiene un índice de morosidad superior al promedio del mercado, lo que compromete su capacidad de recuperación de la cartera crediticia.
En septiembre de 2023, la Superintendencia inició un Programa de Supervisión Intensiva para intentar encauzar la situación de la entidad. Sin embargo, se constató que Amibank S.A. no cumplió con las acciones requeridas para su recuperación. Entre las principales irregularidades se destacan: deterioro patrimonial e incumplimiento del requisito mínimo de solvencia, altos gastos operacionales que afectan su sostenibilidad, pérdidas acumuladas superiores al 50% del capital social, incumplimiento de observaciones de organismos de control y falta de mecanismos para mitigar riesgos de crédito y lavado de activos.
Ante este panorama, la Superintendencia de Bancos ha dispuesto la liquidación de la entidad y ha asegurado que se implementarán medidas para que los depositantes puedan recuperar su dinero de manera ordenada y segura. Se espera que en los próximos días se den a conocer los procedimientos específicos para la devolución de los fondos a los clientes afectados.
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